40 PONTINHOS DELICIOSOS
La vejez vista desde diferentes culturas La sociedad occidental del siglo XXI tiende a emplear expresiones peyorativas para referirse a las personas mayores. Vivimos en una época en la que prevalecen los valores asociados a la belleza externa y a la inmediatez. Viejo se ha convertido en sinónimo de inútil, feo, antiguo, estorbo o incapaz. Nos olvidamos de que, al llegar a la vejez, las personas han adquirido sabiduría, experiencia, serenidad y generosidad.
En los últimos tiempos se han buscado alternativas para mencionar a los ancianos, términos eufemísticos y políticamente correctos como “tercera edad”, “adultos mayores” o “edad avanzada”. En el fondo, esta etapa es temida por nuestra sociedad y tratamos de desterrar de nuestra mente todo lo que haga referencia a vejez.
Sin embargo, en otras épocas de la historia de la Humanidad y en otras culturas la percepción de la vejez no es la misma que en la sociedad occidental actual.
La vejez en otras culturas
Los ancianos de los países orientales tienen una consideración muy diferente a la de las sociedades occidentales. China y Japón son dos de las culturas donde más se respeta y se venera a las personas mayores.
En Japón, se celebra el Keirō No Hi (Día del Respeto a los Ancianos), una festividad muy importante en la que participa activamente la familia. Los ancianos japoneses son respetados como pilar de la sociedad. Los jóvenes aprenden desde pequeños a valorar la experiencia y la sabiduría de sus mayores.
En China, también existe un profundo respeto y veneración por los ancianos. Aunque esta visión se halla en lo más profundo del pensamiento chino, el gobierno promulga leyes que obligan al cuidado de las personas mayores.
En India, el respeto a los mayores es uno de los pilares de la cultura, algo que se enseña en las escuelas. Los más jóvenes piden su opinión y su aprobación. En la religión hindú es costumbre arrodillarse ante los ancianos para tocar sus pies como símbolo de respeto.
En los países musulmanes el cuidado de las personas mayores en la familia es considerado como un honor y una oportunidad para crecer espiritualmente. La religión islámica enfatiza en que los hijos deben ser compasivos con sus padres, y en especial con sus madres, porque éstos dedicaron su vida a cuidar a sus hijos.
Responde si las siguientes sentencias son verdaderas (V) o falsas (F) de acuerdo con el texto:
a- Tanto en las sociedades orientales como occidentales se les tiene el mismo respeto a los ancianos.
b- Viejo se ha convertido en sinónimo de inútil, feo, antiguo, estorbo o incapaz.
c- En los países musulmanes el cuidado de las personas mayores en la familia no es considerado como un honor y una oportunidad para crecer espiritualmente.
d- En China el propio gobierno promulga leyes que les obliga a cuidar de los ancianos.
e- Para los islámicos se les enfatiza a los hijos que deben ser compasivos con sus padres, especialmente con sus madres ya que ellos dedicaron su vida para cuidar de sus hijos.
Soluções para a tarefa
Resposta:
La vejez vista desde la historia y las culturas
Quito (Ecuador), 18 de abril de 2016. Por Anna Chaparro-BSP Asistencia. El significado del envejecimiento cambia y se complica de acuerdo con las variables culturales, sociales, económicas, políticas, biológicas, psicológicas. Estos factores influyen en el concepto y la reflexión de lo que representa ser un anciano. Al mirar la historia, los viejos han vivido una dualidad entre lo bueno y lo malo. Según el Nuevo Testamento, el pueblo hebreo los consideraba un sinónimo de sabiduría.
Envejecer no ha recibido la misma consideración a lo largo de nuestra historia, cada época ha marcado un antes y un después en la forma de asumir el envejecimiento. En nuestra sociedad occidental se han producido grandes cambios y la percepción sobre el envejecimiento ha variado según cada época. Existen numerosas variables de tipo cultural, social, económico, político, biológico, psicológico e institucional que influyen en el concepto y en la consideración de lo que supone ser anciano, y que puede otorgar una valoración más o menos positiva.
A continuación pretendo explicar cómo la vejez puede vivirse de distintas maneras según los valores que imperan en cada sociedad y cómo ser anciano ha ido variando con el paso de la historia. Por eso es necesario analizarlo desde la prehistoria, pasando por períodos como el egipcio, la sociedad helénica, incluso el Medioevo y el Renacimiento hasta llegar al Mundo Moderno y Contemporáneo. Durante todas estas etapas hay que tener en cuenta factores que son de gran relevancia para entender el valor que cada sociedad le otorga al anciano: disponibilidad de recursos en la sociedad; capacidad de transmisión de conocimiento; adaptación respecto al cambio social; proporción de individuos que conforman el grupo.
A lo largo de la historia, tampoco ha sido lo mismo envejecer para hombres que para mujeres, y hago alguna mención de ello, sin olvidar que apenas existen referencias acerca de la mujer anciana a lo largo de la historia en las distintas civilizaciones. La mujer, y en especial la anciana, ha sido excluida y relegada a un segundo plano, asumiendo básicamente un papel destacado en el ámbito doméstico y familiar.
Durante la prehistoria, el hombre tenía como principal objetivo la supervivencia, que se expresaba de manera más segura en una convivencia gregaria. En sociedades primitivas la forma de convivencia era la tribu. Estas sociedades antiguas debían organizarse para sobrevivir, y su sistema productivo estaba basado en una economía de subsistencia básica dirigida a la recolección y a la caza. La caza pertenecía a los hombres, mientras que la recolección era cosa de las mujeres, aunque recientes estudios han descubierto que la mujer también cazaba, pescaba y hacía muchas otras cosas, hasta hace poco obviadas. Durante esta época las condiciones de vida eran precarias, había enfermedades, luchas tribales, etc. La adaptación al medio era complicada y, en pocas palabras, no existía vejez, puesto que la esperanza de vida era muy corta. A quienes habían llegado a los 30 años se los relacionaba con algún evento divino y sobrenatural. Eran consideradas personas de gran sabiduría, transmisoras de conocimiento, esencial para la supervivencia del grupo. A los ‘afortunados’ que habían sobrevivido a la dureza de la prehistoria se les asignaba funciones concretas, solían ser chamanes y brujos, y acostumbraban a ocupar los lugares más altos en la jerarquía social, y eran referentes para los más jóvenes. Se desprende que en esta época, el ser viejo gozaba de una consideración de prestigio y gran poder e influencia. Se sabe que el papel de la mujer fue fundamental para la supervivencia y la continuidad de la especie, así que mientras los hombres de mayor edad gozaban de prestigio y poder, lo mismo ocurría con las mujeres de mayor edad, que poseían una gran influencia en la sociedad primitiva, por ser transmisoras de su sabiduría y experiencia. El hombre prehistórico no hubiera sobrevivido sin la mujer, y viceversa.