Acerca da história e cultura afro-brasileira e indígena no Brasil, qual é a diferença entre direito histórico e direito constitucional?
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Después de la Constitución de 1988 y, sobre todo, durante la década de los noventa, el tamaño y el papel del Estado fue el centro del debate institucional. Y lo cierto es que el intervencionismo estatal no resistió la ola mundial de deformación del modelo en el que el Poder Público y las entidades que controlaba actuaban como protagonistas del proceso económico.
Es la lección de Luís Roberto Barroso, que hemos adoptado y estamos transcribiendo por su excelente sistematización del fenómeno reformista. El modelo de los últimos vehículos no estuvo a la altura de ahora. El Estado brasileño se hará cargo del final del siglo XX, grande, ineficiente, con focos endémicos de corrupción, y sin poder vencer a la pobreza. Un estado de derecha, de atraso social, de concentración de la pobreza. Un Estado que tomó dinero del exterior para proveer internamente, a los bajos intereses, a la burguesía industrial y a las finanzas brasileñas. Este Estado, por tanto, que ahora abandona la clase dominante brasileña y que quiere liberar, fue el que lo leyó durante toda su existencia. Parece, por tanto, equivocado el supuesto de que la defensa de este Estado perverso e injusto y que no fue posible elevar el nivel social en Brasil fue una opción avanzada, progresista, y que el alineamiento con el discurso por su deconstrucción en su postura reaccionaria.